sábado, 9 de noviembre de 2013

El regreso del hijo pródigo.

El pintor persigue la línea y el color, pero su fin es la Poesía (Rembrandt). 

Del mismo modo que "El hijo pródigo" vuelve a casa, esta obra va a determinar el incio de una forma diferente de ver la pintura para mí. Tras un letargo de varios meses he podido terminarla. Forma parte de la serie "Los engranajes del tiempo". Volver a esta serie, terminada ya hace algunos meses, me ha permitido tener perspectiva del avance. En estos momentos estoy trabajando en dos series diferentes, una abstracta y otra figurativa, y además en algunas obras del periodo "Funes" y algunos stencils nuevos. Pero el reto al que me devuelve esta obra no es al retrato sino  a la forma mas simple y mas determinante del dibujo: la línea que forma el encaje justo antes de desaparecer tras el boceto, esa linea-estructura que no despierta sospecha ni siquiera de que existió debajo de un dibujo magistral, y que de vez en cuando aparece de igual modo que aparece un náufrago, a la deriva, como a la deriva aparece el dibujo sin terminar mostrándonos sus espinas y queriéndonos decir: "antes de ser forma, fui linea".



LEDT011

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