"Su pasión por la pintura le desborda. Culto sin ejercer. Dolor, angustia y dudas son sus heraldos. Un artista humildísimo y responsable que tiembla con el pincel entre sus dedos. Hombre honrado y de honor intachable.
Su obra es de lectura clara y comprensible por su temática sencilla; paisajística y urbana con tratamiento elemental, puro y directo. Gracia que dota a sus obras de poesía en un estado de limpieza y que emborrona a veces con la magia que el Arte de pintar exige.
Arte no es la perfección. En Rafael tiene a su mejor intérprete."
Francisco Hernández, pintor y artista congénito cuyo recuerdo permanecerá siempre con nosotros.
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