Cuenta Pablo Motos que hace mucho tiempo cobró efectivo después de grabar algunas cuñas publicitarias y caminaba muy contento cuando de repente se encontró a un mendigo, se sintió generoso y le dió 5000 de las antiguas pesetas. Se despide viendo la cara de asombro y felicidad de ese hombre y pensando que había hecho una buena obra. Más tarde mientras Pablo se comía un bocadillo, ve a través del cristal de un restaurante al mendigo comiendo gambas; Pablo enfadado entra y le dice al mendigo "hombre córtate un poco administrate mejor" ,y el mendigo le contesta "hombre cuando ahora que tengo 5000 pesetas no puedo comerme unas gambas, ¿cuándo me las voy a comer ?
Esta historia tiene como mínimo dos moralejas, yo sólo diré una de ellas: la vida está llena de prioridades, lo que ocurre es que no sabemos realmente que lo son, y normalmente cuando hacemos algo que en el fondo es una prioridad y no lo sabemos, solemos justificarnos.
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